Más de 400 menores vivieron una jornada única y mágica donde disfrutaron de la primera maravilla de Colombia.
La Catedral de sal de Zipaquirá cumplió 29 años desde su fundación y decidió celebrarlo de la mano de un grupo muy especial de invitados: 400 niños provenientes de las fundaciones dedicadas al cuidado de poblaciones con discapacidad en la Sabana de Bogotá.
El atractivo turístico, construido sobre una antigua mina de sal ubicada a 40 km de la capital del país, conmemoró su aniversario, abriendo sus puertas a una experiencia única para sus invitados, quienes disfrutaron del recorrido por las entrañas de la tierra, y participaron de una emotiva actividad en la apertura oficial de la temporada de novenas decembrinas.
La celebración, a 180 metros bajo tierra, contó con la participación de la Tuna Progresar de la Fundación Esperanza Mariana, que, al ritmo de villancicos robó sonrisas a los invitados que vivieron una experiencia sinigual en el primera maravilla de Colombia.
Bailes, cantos y tiernas expresiones del amor por parte de los niños, fueron protagonistas en la actividad que además contó con la participación de la Orquesta Voces y Acordes de Luz, integrada por niños y niñas de la misma Fundación.
“Celebramos este día con una visita mágica, fue un honor llevar felicidad a todos estos niños y niñas, y por supuesto a sus familiares, aprovechamos nuestro aniversario 29 para resaltar todo aquello que llegan estos lindos seres a enseñarnos, con ellos recordamos lo bueno y bonito de la vida”, resaltó Yenny Páez Sabogal, gerente de Catedral de Sal de Zipaquirá.
La Catedral de sal y sus acciones de responsabilidad Social, también contó con la presencia del alcalde municipal de Zipaquirá, Fabian Rojas, quien exaltó la importancia de la temporada decembrina como una época de compartir familiar, destacando el significado de la presencia de los menores de las mencionadas fundaciones en la maravilla natural.
La Catedral de Sal de Zipaquirá, además de ser un punto de encuentro turístico, sigue consolidándose como un centro de inclusión, educación y apoyo a diferentes causas sociales. Este evento, lleno de emociones y momentos únicos, es solo un ejemplo más de cómo la Primera Maravilla de Colombia sigue trabajando para brindar bienestar a la comunidad y promover el turismo responsable y accesible.
De este modo, la Primera Maravilla de Colombia, sigue posicionándose como un atractivo turístico de Colombia con amplio sentido social, contribuyendo a Zipaquirá y la región.